Fueron poemas

domingo, 8 de enero de 2012

Cuando me duele disparo

Ayer disparé a un Rey malvado desde la torre de mi Castillo.
Ayer, hace treinta y seis años.
Después de vencerlo salté de la almena a la escaleras y ví volar a una gaviota perdida.
Suelo mirar atrás a diario por si
encuentro a aquel niño emocionado
intrépido y de ojos grandes.
Saltaba de sol en sol y dormía de noche en sueños no enjaulados.
Esta mañana tibia de invierno
han sonado sus pasos en mis oídos
mientras acariciaban mis mejillas unos dulces rayos
de sol con la intuición de quien ama y es amado sin dudas.
Otra vez he sonreído al escuchar el chasquido de su corazón inquieto, justo antes de dar el salto.
Y he escuchado el disparo que hace desvanecerse ante mis ojos todo lo que puede doler o duele.
Matar, soñar, vivir y morir... todo dentro de uno.