Fueron poemas

martes, 10 de enero de 2012

Aguas Saladas

Parece imposible sentir tristeza mientras miras la belleza innúmera y plácida de las olas en forma de concha.
El mar, ridículo a veces, acude a puertos sin
entrañas.
Otras une su sabor salado a un río de agua dulce y fría.
Otras baila al son de la luna creciendo y menguando a su antojo. 
El mar es generoso.
No se puede estar triste mirándolo de cerca
ni flotando en sus aguas
ni tumbado en sus rocas y playas
ni oliendo su aroma intenso ni escuchando su chisposo y constante silencio.
Quizá mirando la mar... solo se pueda dejar caer en la arena
unas cuentas lágrimas también saladas 
envueltas en recuerdos que se sienten tesoros.
El agua salada del hombre y el agua salada del mar.
La luna y un único universo que contemplan su intensidad.
Unos cuantos sentimientos que salen por los ojos
incapaces de estar quietos... también como el mar.