Fueron poemas

jueves, 19 de enero de 2012

La Flor

Una vez regalé la única flor que tenía.
Estuve años y años para que creciera en mi tierra. De colores vivos, recta y mágica.
La cuidé y la descuidé sin saberlo del todo, 
ni la una ni la otra.
Hay veces que creemos echar el agua necesaria
y pensando en otras cosas anegamos la tierra.
Otras veces buscamos el mejor lugar para sentanos junto a ella y dialogar 

tumbados con el sol y con el viento. 
Pero la luz se esconde en el momento más necesario, 
se va cuando el calor falta tanto que tirita todo el cuerpo. 
Y de pronto se convierte en pasado.
No sé vivir del todo sin mi flor-la estuve creando tanto tiempo- 
Aún puedo eschuchar esos levísimos momentos en los que lentamente se abrían sus pétalos al unísono.
Soñé cada día y cada noche con su color, con su olor y con su sonrisa mirándome.
No se debe regalar algo único. Lo único al perderlo nos amputa los sueños.
Ayer volví a ver la flor entre las páginas de un libro escrito a mano, entre tinta borrosa.
Los pétalos estaban enteros y secos, su fragancia llegó quizá... de la realidad no... sino de la memoria.
Y sentí que nada sirve... para olvidar los mejores momentos: 
Los sueños cumplidos y perdidos.